miércoles, 11 de septiembre de 2013

Barcos clase Liberty

            Una de las líneas estratégicas llevadas a cabo por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial consistió en el asedio marítimo a Gran Bretaña. Tanto la Luftwaffe como las "jaurías" de sumergibles U-Boat hacían la vida imposible a la flota mercante británica hundiendo todos los buques que podían. Algo semejante a lo que el propio Reino Unido había hecho siglos antes con flotas como la española.


            La reacción ante esta potente amenaza, única que quitó el sueño al templado Winston Churchill, consistió en producir barcos mercantes en masa, para compensar las pérdidas sufridas. El objetivo era la construcción de buques baratos, que pudieran "construirse por kilómetros y cortarse por metros". La construcción fue encargada a los astilleros estadounidenses, principal proveedor de suministros a la castigada Gran Bretaña. Acabaron siendo conocidos como los barcos tipo Liberty.


            Fueron concebidos como buques con gran capacidad de carga. Tenían un solo motor de vapor de triple expansión, tratándose ya entonces de una tecnología obsoleta. Eran lentos y técnicamente anticuados, pero económicos. El aspecto exterior tampoco resultó atractivo y fueron apodados "patitos feos". Para aportar una imagen más positiva fueron denominados como la "flota de la Libertad".


            Respecto al diseño original británico, los Liberty contaron con calderas de petróleo en lugar de carbón. El casco fue modificado para minimizar el número de planchas de acero y también la superestructura para aumentar la seguridad y minimizar el gasto de tuberías, calefacción y componentes. Las cubiertas se hicieron de acero en vez de madera y no se instalaron equipos de detección de incendios, generadores de emergencia, radiogoniómetros y radios para balsas salvavidas. En cambio, si se instalaron reflectores, neveras domésticas y agua corriente en los camarotes. Unos 200 buques Liberty fueron entregados al Reino Unido, casi el 7,5 por 100 de la producción. La entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial hizo necesaria la adquisición de estos barcos para su flota mercante. Durante el mes de septiembre de 1942 los astilleros estadounidenses entregaron 3 barcos de la clase Liberty cada día, con un total de 93 naves en un sólo mes. Uno de ellos llegó a ser botado diez días después de la colocación de la quilla y se completó en otros 5 días.



            Para superar el número de unidades perdidas a manos de los submarinos alemanes, en el diseño y fabricación de los Liberty se aplicó la modularidad y fabricación en cadena. Las distintas partes eran fabricadas en factorías ubicadas en 32 estados. Después eran ensambladas en los astilleros. Una innovación tecnológica que fue aplicada en estas naves era la soldadura eléctrica. Ya en 1940 la Comisión Marítima de EEUU había construido el primer barco totalmente soldado demostrándose que este método permitía ahorrar 600 toneladas de acero. En cambio, cuando los Liberty fueron desarrollados y puestos a navegar, aparecieron problemas de tensión y rigidez en los cascos, sobre todo como consecuencia del frío en el Atlántico Norte. El desarrollo de nuevas tecnologías siempre conlleva la aparición de problemas y defectos que se escapan de los cálculos e hipótesis durante el diseño. Por tanto, existe un periodo inicial de observación y mejoras mediante el método prueba-error. Llegaron a hundirse 6 buques Liberty porque sus cascos se rajaron ante el frío y las tempestades. El problema se resolvió reforzando varios puntos del mismo.



            El primer motor de vapor de triple expansión fue inventado en 1874. Pero las bajas presiones ofrecidas por las calderas en aquel momento impidieron su implantación hasta 1881. En este tipo de máquina el vapor es aprovechado de mejor manera respecto a los tipos anteriores.  Está constituida por 3 cilindros con diámetros distintos, de menor a mayor. El cilindro de alta presión es el de menor diámetro y el vapor sale de él expandido y con menor presión tras empujar el émbolo. Después entra en el segundo cilindro de media presión. Tras una nueva expansión sale hacia el último cilindro, denominado de baja presión y que posee el mayor diámetro. Una vez que el vapor sale del cilindro de baja presión, es conducido al condensador donde no se pretende enfriarlo sino hacer que vuelva a la fase líquida. Pero es inevitable la pérdida de energía térmica en el fluido, afectando al rendimiento del ciclo termodinámico. El agua, ya en fase líquida, es bombeada a la caldera. En un barco pensado para navegar entre continentes no se puede desperdiciar el vapor de escape, por la falta de suministro de agua dulce apta para la caldera en alta mar. 


domingo, 21 de julio de 2013

Métodos primitivos de conversión de la corriente eléctrica

Hace unos días llegó a mi buzón el último número de la revista ABB. En ella hay un interesante artículo titulado "Del arco de mercurio al interruptor híbrido" que me ha motivado para llevar a cabo el presente texto. Solo he pretendido hacer un resumen de datos que me parecen muy interesantes desde la perspectiva de la Arqueología Industrial y que he complementado con otras fuentes. Y digo interesantes por que describen los sistemas tecnológicos que predominaron en la gestión de la energía eléctrica hasta la mitad del siglo pasado. Todavía podemos encontrarlos conservados, abandonados o expoliados en viejas instalaciones industriales.



La electrónica de potencia nació ante la necesidad de convertir la electricidad de un nivel de frecuencia o tensión a otro, evitando los medios electromecánicos móviles. Los rectificadores de arco de mercurio fueron los primeros elementos empleados en la electrónica de potencia. Dominaron los sistemas de conversión eléctrica hasta la implantación de los semiconductores a partir de 1950.

Una vez superada la "guerra de las corrientes" protagonizadas por Thomas Alva Edison y Nikola Tesla, quedaron establecidos los campos de aplicación de cada tipo de corriente. No obstante, surgió la necesidad de convertir corriente alterna en continua o viceversa. Para las redes de distribución a medias y largas distancias, entre centros productores y consumidores, comenzó a usarse la corriente alterna en alta tensión. Las primeras redes de alta tensión en CA (corriente alterna) fueron realizadas en Francfort (Alemania) en 1891 y en las cataratas del Niagara entre 1890 y 1896. El uso de CA para la distribución eléctrica radica en la posibilidad de elevar o disminuir la tensión mediante transformadores, no siendo esto posible con CC (corriente continua). El objetivo es que para una misma potencia transportada, se eleve la tensión en disminución de la intensidad de corriente, según la expresión P=V*I. Así se evita la utilización de conductores de gran sección, para minimizar pérdidas, que serían antieconómicos.

Para muchos usos industriales y domésticos es necesaria la corriente continua, como por ejemplo la carga de baterías de almacenamiento. Los primeros sistemas de conversión consistían en el acoplamiento mecánico entre máquinas de CC y CA. Además, actuando sobre la excitación en CC de la máquina de CC, se variaba la tensión de salida. Este era el caso del control Ward-Leonard y permitía, por ejemplo, un accionamiento de la velocidad variable. Los sistemas motor generador eran eficaces pero poco eficientes. Requerían un gran mantenimiento, necesitando lubricación de partes móviles y sustitución de escobillas. Además, se perdía gran parte de la energía en forma de calor. En cambio, presentaban una gran ventaja por su capacidad para seguir funcionando ante breves cortes de alimentación gracias a la energía cinética almacenada en la masa giratoria.

Conmutatrices de la Nave de Motores de Metro de Madrid

Un avance en el campo de la conversión electro-mecánica de CC y CA lo supusieron las conmutatrices. Eran máquinas de corriente continua que además del colector, poseían anillas aisladas sobre su árbol y unidas a diferentes puntos del devanado inducido. Dependiendo del número de anillas, la conmutación podía ser monofásica (dos anillas), trifásica (3 anillas), tetrafásica (4 anillas) o hexafásica (6 anillas). Si se alimentaba estas máquinas como motor, por una corriente continua, desarrollaban entre sus anillas tensiones alternas. De forma contraria, si se alimentaban con corrientes alternas y excitaban con corriente continua, se podía recoger entre las escobillas apoyadas sobre el colector una corriente continua. El uso más frecuente de las conmutatrices era para transformar corriente alterna en continua.    Otro medio electro-mecánico utilizado fue el convertidor de contactos. La onda de salida era cuadrada en vez de sinusoidal y también requerían un gran mantenimiento.

El reto tecnológico que se planteaba era evitar los inconvenientes de los sistemas anteriores. En 1902, Peter Cooper Hewitt presentó una válvula de arco de mercurio con una particularidad respecto a las anteriores. Los electrodos estaban hechos con materiales diferentes. Concretamente con mercurio uno y carbono el otro. Estaban encerrados en una ampolla de cristal que contenía vapor de mercurio. Tenía la particularidad de que los electrones pasaban del electrodo de carbono al de mercurio, pero no al revés de forma apreciable. Este avance fue el nacimiento de la electrónica de potencia y un antepasado de los actuales diodos.

El primer rectificador de vapor de mercurio comercial fue suministrado a una fundición de Frankfurt en 1911 por la compañía H&B (Hartmann & Braun). Esta empresa estaba especializada en la fabricación de instrumentos científicos y por tanto apenas tenía experiencia en la industria eléctrica con grandes corrientes. En 1913 se creó la empresa GELAG (Gleichr ichter AG) junto con BBC (Brown, Boveri y Cia) para la producción industrial de estos elementos.

Rectificador de vapor de mercurio (http://railsiferradures.blogspot.com.es/)

Gracias a la baja conductividad térmica del vidrio, la potencia de una válvula de mercurio está limitada por el área de su superficie. A medida que las potencias necesarias aumentaban, el vidrio fue sustituido por acero. El circuito de un rectificador simple de mercurio es equivalente a un puente H en el que seis ánodos cumplen la función de seis diodos discretos. El funcionamiento de este tipo de válvulas podía mantenerse cuando la temperatura de funcionamiento estuviera dentro de los valores límites y no se permitiera la extinción del arco. Para poder ponerlas en marcha era necesario un electrodo de cebado que recibía un impulso de alta tensión. Así creaba un arco inicial.

El siguiente avance consistió en dotar a las válvulas de la capacidad para activar la conducción en un punto arbitrario de la señal rectificada. En 1930 comenzó el desarrollo del válvulas conmutables que ofrecían el accionamiento de equipos de potencia, tal y como sucede actualmente con los tiristores. Conectándolas en un puente H se podía construir un inversor conmutado en línea. Por tanto, ya eran posibles las opciones de rectificación y conversión. En 1939 BBC construyó una línea de demostración temporal para la exposición suiza Swiss National Exhibition and Trade Show de 1939. Consistía en una línea de CC de 500 kW y 50 kV con una estación convertidora en ambos extremos. Tenía una longitud de 25 km y empleaba un sólo cable haciéndose el retorno por tierra. Se puede considerar que esta línea experimental fue precursora de las actuales líneas de alta tensión en corriente continua (HVDC).

La fabricación de rectificadores de arco de mercurio cesó a mediados de la década de los 60 del siglo XX. Fueron sustituidos progresivamente por elementos semiconductores. Éstos constituyeron una verdadera revolución tecnológica, que junto con otras, ha configurado el mundo tal y como lo conocemos actualmente. En cierto modo, no es que permitan hacer cosas que antes no se pudiese, sino que posibilitan hacerlo de manera más económica, eficaz, eficiente y en un menor espacio. Dos ejemplos son los equipos informáticos o los trenes de alta velocidad, que no serían posibles sin la gestión de grandes potencias eléctricas que ofrece la electrónica de potencia.

Dentro del ámbito del Patrimonio Industrial en la Comunidad de Madrid, encontramos el uso de conmutatrices en la Nave de Motores de Pacífico, que es una antigua central térmica de Metro de Madrid. La corriente trifásica de 1500 voltios generada por los motores diesel o procedente de entidades suministradoras llegaba a dos transformadores de 1110 kVA, cuyos bobinados secundarios eran hexafásicos, para reducir el rizado de la señal final rectificada. Después de los transformadores la corriente pasaba a las conmutatrices que la convertían en corriente continua a 600 voltios, apta para la tracción de los automotores del ferrocarril metropolitano. No obstante, posteriormente también contó con un rectificador de vapor de mercurio.

Nave de Motores de Metro de Madrid


Bibliografía.

  • ABB review 2/13
  • MANZANO CANO, Jesús. ELECTROTECNIA. ANAYA. Madrid. 2001.
  •  ROBERJOT, P. ELECTRICIDAD INDUSTRIAL III. Máquinas. Editorial GUSTAVO GILI, S.A. Barcelona. 1950.
  • OTAMENDI, Miguel. Central térmica del Metropolitano Alfonso XIII. Revista de Obras Públicas. 1924.

domingo, 30 de junio de 2013

Vapor en Chamartín

         Para cualquier aficionado al ferrocarril, lo vivido ayer entre Chamartín y Alcalá de Henares fue excepcional. Y no sólo aficionados, sino para cualquier ciudadano con una mínima sensibilidad hacia los ingenios que forjaron nuestra historia y economía.



         El Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español organizó un viaje especial entre Madrid-Chamartín y Alcalá de Henares. La locomotora encargada de la tracción fue la 140-2054, construida por la Sociedad Española de Construcciones Babcock & Wilcox, de Bilbao (Vizcaya), en 1928. Estuvo matriculada con el número 4.106 en la antigua Compañía de los Ferrocarriles Andaluces.




         El furgón tipo "J", para servicio del tren, es un vagón cerrado del tipo "unificado", construido según el diseño elaborado en la década de 1920 para la industria nacional por parte de la Comisión de Unificación de Material Ferroviario.



         El primer coche es de 3ª clase C-2 (ex Compañía de los Ferrocarriles de Lorca a Baza y Aguilas C-8 y ex Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles C-4.358). Es de dos ejes y fue construido en 1.889 por The Ashbury Railway Carriage, de Manchester (GB), para la Compañía de los Ferrocarriles Lorca a Baza y Aguilas, donde ostentó la numeración C-8. Integrado posteriormente en el parque de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, tuvo la matrícula C-4.358 (posterior SA-4.610). La tipología del vehículo y líneas estéticas son británicas.


         El segundo coche es uno antiguo de 1ª Clase, de dos ejes, construido en 1.912 por la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles (posterior Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles) de Beasain (Guipúzcoa), para la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante. Su numeración en MZA fue A-330, antes de ser transformado en coche obrero con la matrícula CO-35. Posteriormente quedó integrado en el parque de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, donde fue matriculado como CO-335.



         El tercer vehículo es un antiguo coche-salón de lujo, de dos ejes, construido en 1.929 por la Sociedad Española de Construcción Naval de Sestao (Vizcaya), para la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España, donde ostentó la numeración S-3. Más tarde fue integrado en el parque de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles con matrícula Z-203. Es el tipo de vehículo que poseían las compañías ferroviarias para el transporte de personalidades. A diferencia de los coches de 3ª clase, posee una gran distinción. Tiene departamentos interiores y dos amplios salones panorámicos en cada uno de sus extremos.



         Como material de apoyo, la locomotora diesel-eléctrica 10825 acompañó al tren a distancia de "cantón".


         El tren partió de Chamartín a las 12:00 rodeado de aficionados, curiosos y medios de comunicación, expulsando hermosas bocanadas de humo y vapor. Poco antes de las 13:00 llegamos a Alcalá de Henares, en donde la singular composición volvió a ser objeto de admiración y curiosidad por parte de viajeros de la red de Cercanías.








         Tras realizar la maniobra de inversión en el triángulo de Coslada, la composición quedó estacionada en el andén principal de Alcalá de Henares. A las 17:15 partió de vuelta a Madrid y llegó a Chamartín a 18:15.









         Fue una jornada memorable a bordo de vehículos ferroviarios excepcionales. Uno de ellos, el CO-335 de RENFE, lo he conocido durante años en el Museo Nacional del Ferrocarril de Delicias en Madrid. Los visitantes del museo podíamos subir a él y sentarnos en sus asientos de madera a imaginarnos como debía de ser viajar a bordo de semejante vehículo. Porque desde luego no parecía que volviese a salir de su situación estática y sombría, rodeado de material rodante ferroviario estático y frío, en las instalaciones de Delicias. Es el clásico coche dotado de balconcillos, lo que lo hace idóneo para componer trenes turísticos.
         Respecto al uso de una locomotora de vapor, poco hay que decir. Esta temporada ha sido la única que ha circulado por la Comunidad de Madrid a excepción de la "Arganda" del Centro de Iniciativas Ferroviarias VAPOR MADRID, gestor del Tren de Arganda. He de recordar que esta temporada el mítico Tren de la Fresa está circulando remolcado por una locomotora diesel-eléctrica. No voy a entrar a juzgar la decisión tomada por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, porque no dispongo de datos. Pero si he de lamentarla. Es triste que este tren turístico circule sin tracción vapor. Y no es la primera vez. Recuerdo como hace más de diez años era remolcado por una locomotora eléctrica 276 con colores TALGO 200. El contraste estético con los coches de madera tipo "Costa" era, sencillamente, de mal gusto.


         Celebro el trabajo llevado a cabo por el Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español y espero que el viaje de ayer sea el preludio de un futuro tren turístico regular entre Madrid y Alcalá de Henares. Es un ejemplo de cómo la iniciativa privada puede impulsar y gestionar un servicio ferroviario, en este caso turístico. No tiene que haber sido fácil sacar este proyecto adelante. El porqué, la cantidad de trabas administrativas, legales y fiscales que rodean cualquier proyecto que se quiera llevar a cabo en España. Y no hablemos de posible fricciones motivadas por intereses personales y particulares, que también son frecuentes a la hora de querer impulsar cualquier empresa.

viernes, 21 de junio de 2013

XXIII Congreso Internacional de Ingeniería Gráfica


            Esta mañana he tenido la oportunidad de participar en el XXIII Congreso Internacional de Ingeniería Gráfica mediante una ponencia titulada: Digitalización tridimensional mediante fotogrametría. Aplicaciones  industriales.


            El fin de la fotogrametría es obtener imágenes tridimensionales a partir de imágenes 2D. El objetivo es poder obtener las características geométricas de los objetos, desde el punto de vista de las aplicaciones industriales. Dado que es una técnica de medición indirecta, no hay contacto con el objeto de estudio. Por tanto, su aplicación es ideal en instalaciones eléctricas de alta tensión, nucleares o químicas. Se trata de realizar el mismo trabajo de documentación gráfica que se ha hecho siempre, pero con otros medios. Más rápidos y evitando el contacto físico.





         Para escalar el modelo tridimensional es necesario conocer una sola medida. Cuanto mayor sea, mejor. No es lo mismo irse 5 milímetros de una media de 5000 milímetros que de una de 50. Una vez escalado podemos someter el modelo a análisis dimensional y superficial. 









jueves, 13 de junio de 2013

VI CONGRESO DE TICCIH-ESPAÑA EL PATRIMONIO INDUSTRIAL EN EL CONTEXTO HISTÓRICO DEL FRANQUISMO 1939-1975


            Desde el miércoles hasta hoy se celebra en Madrid el VI Congreso de TICCHI-ESPAÑA. Con el título “El Patrimonio Industrial en el Contexto Histórico del Franquismo 1939-1975” está sirviendo para la difusión, divulgación e intercambio de conocimientos sobre el Patrimonio Industrial en este periodo de la historia de España.
            Las jornadas se están organizando en torno a cuatro grandes temáticas. En ellas se basan las comunicaciones científicas aportadas por expertos. La primera, titulada “Los procesos de transformación territorial y la industrialización”, analiza los procesos de industrialización que dieron lugar a una nueva configuración territorial. Dependiendo el sector industrial, cada zona geográfica experimentó un tipo diferente de organización del territorio. No sólo a escala doméstica sino también a escala comarcal y regional. Los elementos industriales que dieron lugar a los procesos productivos fueron los poblados de trabajadores, el transporte, las obras públicas y los distintos equipamientos y servicios.  
            El segundo bloque temático se titula: “La memoria del trabajo y el patrimonio industrial. El trabajo y la vida”. Los trabajos aportados pretenden profundizar en las condiciones de vida y trabajo hoy desaparecidos, con el fin de reforzar la memoria histórica. Según su coordinador, Juan José Castillo, en muchas ocasiones los estudios sobre Arqueología Industrial pasan por alto la vida y condiciones sociales de quienes fueron verdaderos protagonistas de los procesos productivos; los obreros y sus familias.


            El tercer bloque temático lo coordina Julián Sobrino Simal que es profesor de la Escuela de Arquitectura de Sevilla. Su título es “Las arquitecturas y las ingenierías entre la retracción y la modernidad” y lo componen trabajos de investigación sobre la arquitectura industrial, las obras públicas y el diseño industrial durante el periodo franquista. Al respecto, cabe comentar que no se trata de una etapa histórica homogénea. En ella coexistieron modos de producción industrial diferentes, conflicto permanente entre la innovación racionalista y el monumentalismo historicista-regionalista, la relaciones dialécticas entre centro y regiones, funcionalidad de espacios de trabajo y de infraestructuras frente a las intenciones propagandísticas, y la experiencia de la autarquía.
            Por último, el bloque temático titulado “Empresarios y trabajadores ante los cambios económicos, técnicos y la organización del trabajo es coordinado por Xoan Carmona, Catedrático de Instituciones económicas de la Universidad de Santiago de Compostela. Trata sobre la modificación de las reglas de funcionamiento económicas durante el franquismo. Concretamente sobre las intervenciones sufridas por empresarios, el aislamiento internacional del régimen, la disminución de salarios y derechos de los trabajadores. Los trabajos presentados explican los comportamientos, estrategias y actitudes de empresarios, trabajadores y las instituciones relacionadas con ambos.
            TICCIH-España (Comité Internacional para la conservación y defensa del Patrimonio Industrial) forma parte del Trust que fue creado en el Reino Unido en 1972. Está presente en más de 50 países y es entidad colaboradora de ICOMOS, ICOM y UNESCO. El Comité Científico del VI Congreso para la conservación del Patrimonio Industrial y de la Obra Pública en España ha tenido como misión la organización y la supervisión de los contenidos temáticos que están siendo discutidos en las sesiones científicas del congreso.

            Está siendo una gran oportunidad para contemplar el panorama del Patrimonio Industrial a nivel nacional y desde la perspectiva de quienes se dedican a ello. Me resulta muy interesante ver el perfil profesional y académico del personal, además de la calidad de los trabajos presentados. Un acto más a favor del reconocimiento y puesta en valor de los testigos físicos de nuestro pasado industrial y económico más inmediato.  



lunes, 10 de junio de 2013

U-212

            Es curioso observar que el horizonte de las armadas de varios países no pasa por la tecnología nuclear. No solamente por cuestiones de política anti nuclear, sino también por ventajas técnicas y económicas.
            Volviendo a la configuración tradicional del submarino diesel, esta se mejora y complementa. Se mejora haciendo que los motores diesel sean más eficientes y mucho menos ruidosos. Pero también se complementa añadiendo avances tecnológicos como las pilas de combustible.
            Según el Diccionario Español de la Energía editado por ENRESA, una pila de combustible es un dispositivo electroquímico que produce la conversión directa de energía química en energía eléctrica mediante un proceso físico inverso de la electrólisis. Es un conjunto de celdas de combustible apiladas en serie para obtener una mayor potencia eléctrica. Genera potencia eléctrica cerrando el circuito de intercambio de electrones preciso para la reacción química de oxidación-reducción que comporta la combustión. Su eficiencia no está sujeta a las limitaciones de los ciclos termodinámicos. A esta ventaja añado el carácter estático desde el punto de vista mecánico. Y es en un submarino donde esta cualidad se convierte en una auténtica ventaja, al evitar la emisión de sonidos.
            El U-212 es un submarino de la Armada Alemana diseñado para operaciones de inteligencia, entre otras misiones. A parte del motor diesel porta una pila de hidrógeno. Así reduce la emisión de sonido a la hora de alimentar y recargar los equipos eléctricos. También minimiza el número de veces que necesita aproximarse a la superficie para arrancar el grupo diesel. De cara al peligro que supone la alta reactividad del H2,  los depósitos están diseñados para que en caso de explosión, esta se produzca hacia la parte exterior y no acabe con la nave.

            La ventaja respecto a los submarinos de propulsión nuclear radica en la ausencia de bombas de refrigeración, que son fuente de ruidos y un menor tamaño del submarino. En su construcción se han evitado los materiales magnéticos y el motor eléctrico de tracción tiene una potencia de 3 MW. 


sábado, 8 de junio de 2013

Sistema para cambio de ancho BRAVA de CAF

            Uno de los mayores errores históricos cometidos en España fue la adopción de un ancho de vía superior al que se estaba implantando en naciones como el Reino Unido, Francia o Alemania. El ancho de vía de la red de ADIF es de 1668 mm cuando en la mayoría de los países europeos es de 1435 mm. Esto nos ha traído graves consecuencias económicas a la hora de exportar mercancías en la frontera francesa. Transbordos de embalajes de unos trenes a otros, cambio de ejes o sistemas de rodadura desplazables han sido las soluciones técnicas al problema. Y el predominio de una u otra debe de ir en función de parámetros económicos.
     La solución técnica desarrollada por CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles) consiste en un sistema de rodadura que se adapta de un ancho a otro de forma dinámica, en tan sólo 3 segundos. No se modifica el sistema de rodaje mediante bogies y esto permite poder aplicarlo a cualquier tipo de tren. El sistema BRAVA permite circulaciones hasta los 290 km/h.

            La solución técnica aportada no debe repercutir en parámetros de confort y capacidad de adaptación del material rodante a las diferentes demandas de tráfico. De otra forma, se seguiría condicionando la explotación y rentabilidad del ferrocarril.  



lunes, 3 de junio de 2013

Cuenca y el Tren de los 80

            La última hazaña llevada a cabo por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid ha sido el viaje llevado a cabo en el día de ayer, con el conocido Tren de los 80 entre Madrid y Cuenca. Ha sido una jornada en la que pudimos gozar de buen tiempo, patear las calles de esta histórica capital castellana y vivir un auténtico viaje por un auténtico ferrocarril.


            La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid (AAFM) nació en 1946 como una agrupación de aficionados al ferrocarril. Sus actividades se centran en el modelismo ferroviario, la restauración de trenes históricos, patrimonio histórico ferroviario, una interesante colección bibliográfica y editar publicaciones. El primer tren histórico cedido a esta asociación fue la UT 435.005.








            El Tren de los 80 es una composición de tren "convencional", rescatada y restaurada por los miembros de dicha asociación. Su uso permite reivindicar el ferrocarril como transporte colectivo. En un momento en el que muchos servicios de tren convencional corren peligro de desaparecer, la iniciativa llevada a cabo por la AAFM merece un aplauso. Además, la centenaria línea Madrid-Cuenca-Valencia sufre dicha amenaza. De momento se ha reducido el número de trenes que prestan servicios de viajeros. Sobre si merece la pena o no mantener este servicio público, remito a los lectores al artículo que escribí en el número 226 de la revista HOBBYTREN.
  




            De cara a reivindicar el mantenimiento y sostenibilidad del ferrocarril convencional, el evento de ayer fue una auténtica joya. Disfruté mucho viendo a la entrañable estación de Cuenca rebosar de público, tanto por el Tren de los 80 como por los viajeros que subían y bajaban de los trenes regionales.